CLÍNICA ANDANTE: Micropolíticas.
OIR - ESCUCHAR.
Experimentación
Fabricando lo múltiple. Desidentificar.
Umbral diferencial - otra dirección - disloque - línea de fuga.
Seguimos compartiendo con ustedes fragmentos del audiovisual “una caminata clínica de más de 20 años”.
Entre otros temas trabajamos la experiencia de volver hacer la máscara de Claudia después de más de 20 años. La experiencia nos cuenta que el tiempo en interrogación y creatividad siempre, (con caos y tensión atravesados) refresca posibilidades y activa potencias.
Si bien el tema “oir- escuchar" perteneció a un encuentro de trabajo grupal, se anexó como resonancia al audiovisual en un tramo llamado ¿quién dibujó mi rostro?.
Transcribimos el trabajo de Claudia.
Encuentro amoroso, de alegría y entusiasmo.
Sentada, consciente que tejíamos un entre con los ojos y la boca cerrados, oía las voces.
Todo se iba poniendo oscuro, había una imposibilidad, necesaria, de mover ningún músculo de la cara.
Aparecieron en mi mente las voces de quienes no pueden hablar, escuché de pronto la desesperación del no poder decir. Mi piel escuchaba esa aflicción. Mi pensamiento comenzó a divagar.
Oía el afuera y escuchaba el adentro.
Uno no me pertenecía, el otro, nos incluía.
Uno se deslizaba como las ruedas de los autos sobre el pavimento, como el viento que se cuela en un audio, como las bocinas en las calles, o los gritos en los entrenamientos de rugby.
El otro me interpelaba, me arrastraba a un nivel de conciencia superior.
Escuché mi cuello cuando me decía que esa no era una posición saludable.
Escuché al desahuciado. Escuché la impotencia, la subordinación, la mudez. Escuché la mordaza y la asfixia.
Escuché la locura de encapsular la vida.
Escuché la luz atrapada en capas y capas de órdenes instituidas.
Escuché la culpa regodeándose en el castigo.
Escuché la libertad suspendida casi en un hilo.
Y aunque oía el “acá, allá arriba, más abajo, ¿te parece?, vos de este lado, yo voy del otro”, no pude dejar de escuchar el amor. Escuché desde mis entrañas el agradecimiento.
Escuché la necesidad de impulsar lo vital.
Escuché con torpeza y dificultad las ganas bloqueadas.
Oigo tus palabras, escucho tu vibración.
Oigo mis pensamientos, escucho la reacción de mi cuerpo.
Puedo tocarte y escuchar.
Puedo mirarte y escuchar, sólo, si estiro la piel.
O puedo ensordecer oyéndote, oyéndome.
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