CLÍNICA ANDANTE: Micropolíticas
Haciendo lo múltiple: DEVENIR NATURALEZA
Componer con otrxs. Cuerpos colectivos
El fluir del deseo pone en marcha intensidades que conectan con la fuerza de lo singular, rompe capturas y se pone a andar, experimenta otros lugares para pensar, pensar desde un pensamiento en movimiento, movimiento que no soporta estar atado a una sola realidad supuestamente estable.
En el decir de Deleuze, “ el pensamiento es una finísima cutícula transparente que danza con los ritmos de las realidades siempre plurales y embrionarias. Si su filosofía tiene algún destino, se trata de un destino de poeta porque abre los conceptos para que suelten las briznas de su composición y vayan a ensayar nuevas alianzas. Pensar es un asunto creativo.
LA NATURALEZA TIENE ALGO PARA DECIR.
El acantilado se había convertido en una pared de colores del arcoiris en movimiento. El ruido que hacían las aves era al mismo tiempo sinfónico y ensordecedor. Parecía que mientras comían la roja arcilla también reñían entre ellas, se empujaban y embestían, practicaban giros y piruetas, al mismo tiempo que otras volaban hacia árboles cercanos emitiendo chillidos. Magníficos colores y movimientos se mezclaban con sonidos disonantes en un deslumbrante espectáculo.
Pregunté a Toyeri qué pensaba él que las aves se decían unas a otras. Respondió (en castellano): “Todas son amigas. Hacen todo ese ruido cuando comen arcilla porque se están diciendo “vengan todos acá porque es muy bueno”. Para ellas, los minerales y las sales son como los caramelos para nosotros. Es su alimento, hacen todo esto desde las cinco y media hasta las siete y cuarto, luego siguen sus caminos al bosque. Esto es como un desayuno”
NO SE COMPORTAN COMO MÁQUINA O AUTÓMATAS, sino como seres inteligentes.
Pero la inteligencia parece estar oculta en ellas, se mantiene elusiva y difícil de definir. Se veía y oía, pero no se comprendía (inteligencia sensitiva - perceptiva pero no racional).
Las aves cantan y pueden identificar indios, científicos y cazadores
INTELIGENCIA EN LA NATURALEZA – Jeremy Narby.
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