Clínica Andante: Micropolíticas
HACIENDO LO MÚLTIPLE
Seguimos intercambiando: COPIA–CLICHÉ–SUBJETIVIDADES
Fértil encuentro mensual donde navegan gestos inusuales, risas inquietantes, miedos, esbozos de surcos nuevos con fuerzas de interrogantes que no se intimidan. Pasividad que cae en el ofrecimiento de lo que se puede, un escrito, un chiste, un pensamiento, una trama, un cuerpo…una línea que sorprende, una metamorfosis…
La identidad resiste sosteniendo la continuidad. A medida que se anestesia nuestra vulnerabilidad lo identitario se reafirma. El
pensar, la fuerza de la interrogación y devenires pulsátiles son cuerpos de diferencias, de rediseños de nuestros contornos y nuestros modos de relación.
No hay ninguna oposición entre lo viviente y no viviente.
Todo viviente está en continuidad no sólo con lo no viviente, sino que también es su prolongación, su metamorfosis, su expresión más extrema. LA VIDA ES SIEMPRE LA REENCARNACIÓN DE LO NO VIVIENTE, el bricolaje del mineral, el carnaval de la sustancia telúrica de un planeta-Gaia, la tierra- que no cesa de multiplicar sus rostros y sus modos de ser en la partícula mínima de su cuerpo dispar, heteróclíto.
Toda forma, toda naturaleza proviene de otra y es equivalente a ella. Todas existen sobre el mismo plano.Tienen lo que las otras comparten con ella pero de modos diferentes.
La variación es HORIZONTAL.
Llamamos metamorfosis a esta doble evidencia: Todo viviente es en sí mismo una pluralidad de formas -simultáneamente presentes y sucesivas, pero ninguna de ellas existe realmente de manera autónoma, separada ya que la forma se define en continuidad inmediata con una infinidad de otras, que están antes y después de ella.
“Metamorfosis” Emanuele Coccia
Podemos ser la marea de colores...
Podemos ser los techos rojizos de una aldea en la montaña, testigos de cada puesta de sol…
Podemos inertes ver la lluvia caer.
Podemos ser parte de la masa, del todo, de la nada, de la alienación de los sentidos y perder los puntos de vista.
Podemos ser la paciencia eterna, la melancolía de otros tiempos, la repetición constante e inalterable y morir lentamente.
Podemos ser amaneceres, despertares, transformadores activos o espectadores pasivos.
Podemos creer y crear.
Podemos elegir y decidir.
Podemos en la vida.
Podemos desactivar la inercia, la espera, la melancolía, la pasividad.
Podemos ser fieles a la copia, a lo instituido.
Podemos individuarnos.
Podemos aplaudir discursos vacíos, defender la opresión con fanático fervor, aferrarnos al cliché del “así somos”.
Podemos ponerle cuerpo a las palabras, ser cuerpo en ellas, crear otro cuerpo social con ellas.
Podemos revisar los acuerdos.
Podemos ser despojo. Podemos despojarnos.
Podemos la muerte.
Podemos parirnos y reinventarnos.
Muchas gracias Claudia, invitas a pensar los movimientos desde distintos ángulos.
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