Un diploma me habilitó, como tantos otros papeles que certifican conocimiento, capacitación. Títulos que visibilizan una estructura de saberes legitimados, institucionalizados, territorializados a la que adscribí con compromiso y acciones en consecuencia.
Fundamentalismos del saber.
Obnubilada, encandilada, me dejé seducir por ese mercado globalizado de verdades y certezas muchas veces objeto de manipulaciones sutiles y engañosas, que empoderan a otros convenciéndome que ellas estaban afuera de mí. Anulé la conciencia de mis propios saberes, prefiriendo quedarme en un lugar de protección. O quizá tuve miedo de no ser querida si tomaba otros caminos.
Hoy me acerco a la góndola de apegos, encuentro uno de esos papeles, puedo romperlo, puedo dejarlo y seguir buscando y reconociendo mis propios saberes, los que me construyen, los propios, los que puedo compartir.
Estoy “duelando”… duele darme cuenta, pero al mismo tiempo me invito a vivir.
Trabajo de Miranda
𝗟𝗼𝘀 𝘁𝗿𝗮𝗯𝗮𝗷𝗼𝘀 𝗻𝗼 𝘀𝗼𝗻 𝗼𝗯𝗿𝗮𝘀 𝗱𝗲 𝗮𝗿𝘁𝗲, 𝘀𝗼𝗻 𝗲𝘅𝗽𝗿𝗲𝘀𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀 𝘀𝗲𝗻𝘀𝗶𝗯𝗹𝗲𝘀, 𝗱𝗲 𝗶𝗻𝘁𝗲𝗴𝗿𝗮𝗻𝘁𝗲𝘀 𝗱𝗲 𝘂𝗻 𝗴𝗿𝘂𝗽𝗼 𝘁𝗲𝗿𝗮𝗽é𝘂𝘁𝗶𝗰𝗼 𝗲𝗻 𝗲𝗹 𝗶𝗻𝘁𝗲𝗻𝘁𝗼 𝗱𝗲 𝗲𝗹𝗼𝗻𝗴𝗮𝗿 𝗹𝗮 𝗽𝗶𝗲𝗹 𝘆 𝗰𝗼𝗺𝗽𝗮𝗿𝘁𝗶𝗿 𝗰𝗼𝗻 𝗼𝘁𝗿𝗼𝘀.
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